sábado, 16 de marzo de 2019

Creatividad





    Pintura al acrílico. Tema: Educación nocturna, la célula. Por pintora Silvia Roxana Leys.

“La Creatividad es la capacidad de utilizar la información y los conocimientos de forma nueva,
y de encontrar soluciones divergentes para los problemas”.

Carlos Alonso Monreal (1997)



Obra de técnica mixta. Tema: círculo cromático. Celebrando la vida en Luz. Por Profesora de Artes Plásticas Silvia Roxana Leys para estudiantes de ENaM.

El color negro es la ausencia de LUZ.
El color blanco es la suma de todos los colores.

https://www.youtube.com/watch?v=Nh4O_0bzhB4&t=3s

Luego de mirar el video: Observando las dos fotos, ¿cuáles son los colores que priman según la física?


MAESTROS PROGRESISTAS EN LA ESCUELA DEL LIBRE PENSAMIENTO

                                                                                                                    por Profesora Silvia Roxana Leys (2009)




https://www.youtube.com/watch?v=UJZHFlao88Y&t=24s 

Los niños tienen derecho a la Educación formal y no formal. No dejen que la mentira de los que quieren figurar en un cargo político obstruya la oportunidad de ser de la gente. Porque los políticos que prefieren funcionarios/as ignorantes darán cuentas por su mal accionar. 

¡Basta de figurar con mi trabajo!  



La escuela como socialización secundaria debe proporcionar, a los niños, la oportunidad de insertarse en la sociedad del libre pensamiento. Por eso, la nueva escuela apunta no solo a adquirir saberes, sino también al desarrollo de capacidades y futuras competencias para la inclusión en la diversidad de la cultura pluralista. La cuestión radica en plantear que la educación no debe representar un servicio social sino más bien una inversión social del estado. De esta manera, se concibe al niño en una escuela que aspira al enriquecimiento de su persona, en el respeto de sus derechos, en el valor del ser humano como ser único e irrepetible dotado de inteligencias múltiples, es decir, en la búsqueda de sus propios intereses. Esto puede plantearse de algún modo como el dejar  atrás lo  transmisivo o tradicional, o sea, aquello donde según los supuestos básicos atentan contra la construcción del conocimiento. Debido a lo antes expuesto es menester realizar una diferenciación de escuela tradicional versus escuela constructivista, según Tonucci.

http://www.aulaplaneta.com/2017/08/02/recursos-tic/francesco-tonucci-vision-educativa-diez-puntos/

Imagenes para pensar:

https://www.bing.com/images/search?q=tonucci&id=E067B529E447BB710848C8C7C52F08F83510463D&FORM=IQFRBA


En primer lugar, la escuela transmisiva afirma que el niño no sabe nada y va a la escuela a aprender lo que no sabe, por lo tanto el maestro es el único que sabe y enseña lo que sabe; que el desarrollo cognitivo de un niño parte de la idea de considerarlo como un recipiente vacío que es preciso ir llenando progresivamente por superposición de conocimientos, que el aprendizaje es consecuencia directa y causal de la enseñanza, que los niños son iguales ante la mirada neutral del maestro. En definitiva, todos los alumnos son iguales, pero iguales a cero, o sea no saben nada.


En segundo lugar, la escuela constructivista propone supuestos básicos donde el niño sabe y va a la escuela para reflexionar sobre sus conocimientos, organizarlos, profundizarlos,  enriquecerlos y desarrollarlos en el grupo, que el maestro garantiza que cada alumno pueda alcanzar el máximo desarrollo de sus potencialidades cognitivas, sociales, prácticas, con la participación y contribución del medio externo, que la inteligencia es un recipiente lleno que se modifica y enriquece por reestructuración. Por consiguiente, el niño es constructor de su propio conocimiento, ya que cuando llega a la escuela, es ya portador de un saber respecto a la realidad que percibe, capaz de formular y reformular teorías respecto a aquella, y frente a esta premisa cambia todo absolutamente.


Sin embargo, no deja de ser dos caras de la misma moneda, ya que el conocimiento de un niño no se comprende en una tacita o recipiente sino en una corriente de agua viva donde conlleva a adquirir y desechar contenidos en la renovación natural de su cauce, formando así manantiales personales de existencia a favor de la cultura que lo vincula y lo circunda en su sociedad, la cual él es el protagonista.


De ahí que, Paulo Freire, en “Pedagogía del oprimido” analiza y critica la escuela actual. En primera instancia, él asume su discrepancia con la escuela de concepción bancaria donde lo narrativo, discursivo y disertador son sus predominios; no se trata de otra cosa que de un verbalismo alineado y alienante donde el educador conduce a los educandos a la memorización mecánica del contenido narrado, por lo tanto no hay creatividad alguna y solo se deja entrever la nefasta realidad de juzgar la polaridad entre sabios-ignorantes, demostrando así  la pasividad absoluta de la anulación de las potencialidades personales de cada individuo, es decir, se asume al alumno como el depositario de la realidad parcializada, entendida desde luego, en la no  estimulación del pensamiento auténtico, ya que es objeto de aprendizaje y debe ser domesticado en función de los depósitos, es decir,  se plantea adaptar al alumno en la transformación de su mentalidad oprimida y de esta manera memoriza para repetir el saber acabado. Esto alude, por ejemplo,  a la concepción de educación abstraída por un gran escritor de la literatura francesa, Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944): …Pero si tu me domesticaras, mi vida sería radiante y cálida. Conocería un ruido de pasos diferente al que me obliga a refugiarme en mi cubil. Los tuyos en cambio, me harían salir de la madriguera; serían como música…Cuando uno se deja domesticar tiene sobre sí el riesgo de tener que llorar un poco…” Al situarnos en este escenario, domesticar es manipulación, sometimiento, por lo tanto no puede comprenderse en las  relaciones humanas de una educación sana. Sin embargo, sí en las adaptaciones de las especies y sus posibles comportamientos, puesto que es científicamente comprobable por hipótesis y comprobación, como por ejemplo en  los animales, en lo referente a estímulos-respuesta.


 De tal manera se puede decir que el mecanicismo desatiende la vida en todas sus dimensiones como lo expresa Fromm: 
“…Mientras la vida se caracteriza por el crecimiento de una manera estructurada, funcional, el individuo necrófilo ama todo lo que no cree, todo lo que es mecánico. La persona necrófila se mueve por un deseo de convertir lo orgánico en inorgánico, de mirar la vida mecánicamente como si todas las personas vivientes fuesen objetos. Todos los procesos, sentimientos y pensamientos de vida se transforman en cosas. La memoria y no la experiencia; tener y no ser es lo que cuenta. El individuo necrófilo puede realizarse con un objeto-una flor o una persona-única si lo posee; en consecuencia, una amenaza a su oposición es amenaza a él mismo; si pierde su posesión, pierde el contacto con el mundo”. Y continúa, más adelante: ama el control y, en el acto de controlar, mata la vida”.

https://psicologiaymente.com/biografias/erich-fromm



En oposición, siguiendo los conceptos expuestos por Pablo Freire, surge la concepción problematizadora, la cual niega los comunicados y da existencia a la comunicación utilizando la escisión. Es una educación liberadora en su acto cognoscente, suponiendo la posibilidad de una relación verdaderamente dialógica que rompe con los esquemas verticales característicos de la educación bancaria. Ya que ambos, maestro-alumno, se transforman en sujetos del proceso de aprendizaje, es decir, se educa en comunión y el mundo es mediador. Por lo tanto supone un encuentro.

https://www.educ.ar/noticias/127881/paulo-freire-la-revolucion-de-la-educacion


 En referencia a lo expresado en última instancia, corresponde añadir algunos conceptos enunciados por Laura Duschatzky, en “Una cita con los maestros”  de modo que un encuentro es un tropiezo afortunado. Por consiguiente, a modo de ejemplificar, corresponde  también las citas textuales más significativas que comprenden la clave para una educación consciente y responsable:


“…Hannah Arendt, en el momento en que un encuentro sucede el pensamiento acerca de él queda suspendido. De otra forma, sería como poner un muro y alejarse de lo que acontece…”

“…Un encuentro implica tropezarse con experiencias y recorridos subjetivos, con ideas, movimientos, pensares, y a partir de allí, inaugurar otro recorrido, una historia, una transformación que altera el estado de cosas y desde donde ya nada es lo mismo…”

“…Roland Barthes, no es la persona del otro sino la apertura de una dialéctica del deseo que posibilita que las cartas no estén echadas, y que haya juego todavía (2003)…”

“…La palabra accidente remite a algo que sucede, ocurre, a un tropiezo. Se refiere a una cualidad o circunstancia de una cosa que puede dejar de existir en ella… La idea de tropiezo confirma una diferencia, tan sólo (o tanto) un hallazgo, un sutil movimiento que nos coloca en otro lugar, aunque solo por un instante…”

“…No hay encuentro sino encuentros, es decir específicos y singulares. Ninguno es igual a otro, y en todo caso sólo podré pensar en ellos a partir de ellos…”

“…encuentro educativo supone la implicancia y vivencia tanto de maestros como de discípulos/ aprendices…situación para crear un encuentro… implica la paradoja de lo intenso y fugaz, pero a la vez la posibilidad de dejar una traza, de algo que pueda activarse en el vacío de una situación anterior y  marcar un después. Así, el encuentro podrá irrumpir e interrumpir, produciendo un quiebre en la vida de los sujetos…”

“…un maestro reconoce que a veces se puede equivocar, es la propia posibilidad de equivocarse donde se pone también en evidencia este poder de determinar lo que el otro puede…”

“…se llama trasmisión a los trasportes de potencia y movimiento, también cuando hablamos de la trasmisión de la educación podríamos recurrir a estos términos. La potencia, como acto que conlleva en sí mismo la capacidad de afectarnos y movernos hacia aquello que aumenta nuestras propias potencialidades…encuentro es ceder alguien en su actitud…”

“…En el aprender, en el enseñar, está presente esa corriente que podemos llamar Eros, encarnado en una forma de hablar, de proponer, de mirar. El maestro entusiasmado por lo que dice, no es más que la expresión misma del  pensamiento. Manifiesta un deseo claro por aquello que prefiere y se presenta ante alguien que se siente capturado por ese mismo movimiento…”

http://flacso.org.ar/docentes/duschatzky-laura/


En relación a todo lo dicho con anterioridad, la experiencia real de un alumno, escrita por el docente Pablo Adad  en “Como pudo Juan” manifiesta claramente la concepción “bancaria” en contraposición con la “problematizadora”, lo cual se comprueba más específicamente en las siguientes partes del relato: “…Entre estos espacios, estos mundos simbólicos, se movió Juan. Desde la escuela que excluye, a la que excluye por inclusión o por inclusión disciplinada o la escuela que se reinventa e intenta en constituirse en espacio de inclusión real…El nuevo equipo de conducción había comenzado a descorrer el velo institucional, a desnaturalizar prácticas enquistadas y a iniciar un camino de reflexión-acción en pos de mejorar los aprendizajes de los alumnos. Para mejorar el rendimiento escolar en el caso de Juan, se comenzó a trabajar en el logro de la alfabetización básica y en mejorar su capacidad de operar. Para esto se flexibilizó y personalizó la oferta curricular, mientras que para viabilizarlo se atendió su relación vincular con los docentes…Para la institución fue un punto de inflexión: se debía reconocer en el trabajo con jóvenes provenientes de los sectores populares una especificidad, para esa especificidad no estábamos preparados pero teníamos una rica experiencia colectiva. La misma surge tanto de la práctica como de una aproximación crítica al fenómeno del fracaso escolar (o fracaso de la escuela) en el caso de Juan (en el caso de los Juanes). Para desalentar explicaciones reduccionistas debíamos revisar algunos conceptos previos: primero el uso, la significación que hace el alumno de la escuela. La escuela como ya dije, es, al igual que todos, un discurso incompleto. Quien se encarga de completar el mismo es el principal protagonista de la institución, vale decir, Juan… Con respecto a Juan, ingresó en un subproyecto que tendía a la preparación intensiva para incorporarlo a un grupo superior con alumnos con los que compartiera intereses y vivencias. Esto para favorecer su autoestima y dotar de sentido su permanencia en las aulas. Esto no significaba tampoco avalar los circuitos diferenciados en la institución, sino más bien, otorgarle la flexibilidad que hiciera posible a todos alcanzar los mismos objetivos. Era poner en marchas una tarea democratizadora de la escuela. La escuela, en estos contextos, debe presentarse como proveedora de derechos y de progreso entendido no como movilidad social sino como despegue de la fatalidad de origen, ya que, para estos jóvenes, participar de la cultura escolar implica apropiarse de los códigos necesarios para dialogar con el mundo…”


Resaltemos la importancia de reflexionar sobre el rol docente y la institución desde la ética, asumido en el ejemplo de la experiencia de Juan y definido en “Crítica de las razones de educar” por Carlos A. Cullen.

https://www.buenastareas.com/materias/biografia-de-carlos-cullen/0



En primer lugar, la institución desde la ética debe permitir la autorregulación de la persona, respetando su autonomía moral con el objeto de ser un lugar de promoción del bien común, en la participación crítica de las tareas de la sociedad cuando en su conjunto se asume y  se organiza políticamente. Porque la institución no es sino sujetos tramados comunicacionalmente en función de fines comunes ya que, la crisis de la idea de institución es una crisis de las formas de la comunicación intersubjetiva. Por eso, institución educativa no es sino un sistema con suficiente identidad y participación pública como para mantener relaciones aleatorias con el entorno. En consecuencia, sin comunicación  y sin autonomía y capacidad de creación no hay promoción.


En segundo lugar,  la escuela debe respetar y hacerse respetar por las otras instituciones, la escuela es un espacio de vigencia de lo público en la crisis del estado, y desde aquí hemos de entender que forma buenos ciudadanos es formar inteligencia política, capaz de discernir con sabiduría los caminos adecuados para realizar la justicia. Y es claro que sin sabiduría no hay promoción.


En tercer lugar, educar es promover que las personas puedan comunicarse libremente entre sí, es promover que los sujetos puedan crear y gestar historia, es promover que los sujetos puedan pensar y actuar sensatamente.


En definitiva, asumir la docencia en una institución educativa, en un museo de historia, es asumir un cuerpo con el cual comunicarse, una libertad con la cual crear, una inteligencia desde la cual interpretar. Pero no es pretender que el poder educativo pase solamente por el cuerpo, la libertad y la inteligencia de quienes ejercen la autoridad, es decir los docentes. No se trata de encarnar el poder educativo, se trata de reconocerlo y permitir que se reconozcan en la interacción social misma, que define la escuela. Puesto que, la dimensión ética de la función del docente no es otra cosa que el ejercicio de autoridad, siempre que no confundamos autoridad ni con poder ni con razón misma. La autoridad contextualizada y pública es, precisamente, la que no se ilusiona con ser el poder o la razón, sino siempre su mediación. Lo que comprende, en primera instancia, saber estar como docente, es saber comunicarse y saber dejar que se comuniquen, en segunda instancia, saber ser docente es tener libertad institucional, precisamente porque su autoridad permite reconocer el poder creativo de la educación y su proyección en el medio y en  última instancia, saber proyectarse entendido en generar inteligencia capaz de interpretar los signos y los sentidos de los tiempos históricos y capaz de evaluar las razones para actuar. Por consiguiente, si saber estar alude al cuerpo, y saber ser alude a la libertad, saber proyectarse alude a la inteligencia.


Conjuntamente, supone importancia en el descubrimiento de la educación, observada en las relaciones específicas e interpersonales de los actores involucrados, desde el saber aprendido.  Siempre que se tenga en cuenta cómo se trasmite la cultura, dado que para formar adultos competentes, dentro de una sociedad apoyada por el proceso educativo, la educación debe programar el desarrollo de sus habilidades, y proporcionarles modelos significativos. Porque, el niño expuesto lingüísticamente a un mundo adulto, no expresa un descubrimiento sino una invención, que nos hace creer, hasta cierto punto, en las ideas innatas, en una forma lingüística que simplemente no existe en el repertorio de los adultos. La presencia constante del modelo, la respuesta constante a la respuesta del individuo que sigue a una respuesta, ese ir y venir entre dos personas, constituye el aprendizaje por invención, guiado por un modelo accesible. Así, dondequiera que se mire, no podrá hallarse, realmente, un fuerte consenso general de que el descubrimiento es un medio fundamental para educar a los jóvenes. Sin embargo, lo único aparente es que parece haber un componente necesario del aprendizaje humano que es similar al descubrimiento, es decir, la ocasión de dedicarse a explorar una situación. De modo que, al  aprender en el contexto escolar, el niño, con mucha frecuencia, hará cosas que no es capaz de descubrirse a sí mismo, y se refiere a la naturaleza de nuestra capacidad para manejar adecuadamente el flujo de información, de modo que pueda utilizarse para solucionar las dificultades.


La enseñanza del descubrimiento, en general, no implica tanto el proceso de guiar a los estudiantes para que descubran lo que está allí afuera, sino, en realidad, el descubrimiento de lo que hay dentro de sus propias mentes, lo que implica estimularlos. Pero el problema de compatibilidad es encontrar la conexión con algo que ya conocen. Sin embargo, la recompensa que se obtiene del uso de los materiales, de descubrir regularidades, de explorar, y de prácticas similares, es intrínseca en la actividad y proporciona el uso de las habilidades, como el caso de llevar una idea hasta las últimas consecuencias. Ayudando a aprender a usar el lenguaje con eficiencia y de esa forma dando lugar a examinar las implicancias lógicas de las maneras del decir, reconociendo así,  en este  pensamiento, un  comienzo en el repliegue sobre sí mismo. Lo que otorga la oportunidad al contraste, el cual puede estar controlado o autocontrolado. Indudablemente puede convertirse en un gusto adquirido. En definitiva, descubrimiento es  poner como estrategia la metacognición en el marco de la confianza, puesto que en el descubrimiento debe haber oportunidad.  Más aún lo clarifica en su artículo “El pensamiento crítico y como lograrlo”: “…Nuestros malos alumnos (de los que se dice que no tienen porvenir) nunca van solos a la escuela. Lo que entra en clase es una cebolla: unas capas de pesadumbre, de miedo, de inquietud, de rencor, de cólera, de deseos insatisfechos, de furiosas renuncias acumuladas sobre un fondo de vergonzoso pasado, de presente amenazador, de futuro condenado. Miradlos, aquí llegan, con el cuerpo a medio hacer y su familia a cuestas en la mochila. En realidad, la clase solo puede empezar cuando dejan el fardo en el suelo y la cebolla ha sido pelada. Es difícil de explicar, pero a menudo solo basta una mirada, una palabra amable, una frase de adulto confiado, claro y estable, para disolver esos pesares, aliviar esos espíritus, instalarlos en un presente rigurosamente indicativo.”


Lo que es más importante, el rol docente debe responder a las necesidades del alumno comprendido desde todos los posibles contextos. Siempre y cuando esa determinación se describa como resultante de un “maestro progresista”, el cual se capacita en la pluralidad de sus competencias. Entendida en La “Cuarta carta” de Freire donde en rasgos generales se estabiliza el perfil de un docente con mayúsculas. Entendido en la humildad de reconocer sus limitaciones, puesto que “nadie lo sabe todo, nadie lo ignora todo. Todos Sabemos algo, todos ignoramos algo”. La clave que pone música a su rol es saber escuchar con atención a quién  busca un encuentro de educación, sin importar su nivel intelectual, ya que es un deber humano y un gusto democrático nada elitista. Entendiendo que la humildad no florece en la inseguridad de las personas sino en la seguridad insegura de los cautos. Una maestra que actúa y se relaciona con sus alumnos en la amorosidad, como cualidad indiscutible y necesaria, otorga a su trabajo significado real. Esto entendido en  el propio proceso de enseñar, en el sueño por el cual pelea y para cuya realización debe prepararse permanentemente, debido que la educación exige inversión, todo comprendido en una experiencia social. Lo que desencadena otra cualidad: la valentía de luchar al lado de la valentía de amar, entendida en la superación del miedo. Sin descartar, que la tolerancia es la virtud que  enseña a convivir con lo que es diferente, en el respeto sin hipocresía. Esta  decisión exige una meditada evaluación en el acto de comparar para optar por uno de los posibles polos, personas o posiciones y comprueba la seguridad, requerida en la competencia científica, claridad política e integridad ética. Por consiguiente, la educadora progresista exige en ella la sabiduría de entregarse a la experiencia de vivir la tensión entre la paciencia y la impaciencia. Por lo tanto, una escuela donde se visualice maestros progresistas funcionará satisfactoriamente en la realidad del encuentro, del descubrimiento, del valor a la entidad educativa que suma y asume, que propone y logra, que quiera y afirma, que construya y no deforme. Porque la escuela debe ser feliz.

“…La escuela feliz es aventura, que marcha, que no le tiene miedo al riesgo y que por eso mismo niega a la inmovilidad. La escuela en la que se piensa, en la que se actúa, en la que se crea, en la que se habla, en la que se ama, se adivina la escuela que apasionadamente le dice sí a la vida. Y no la escuela que enmudece y me enmudece…”

Como por ejemplo, la escuela de Juan en su intento…
“…el vínculo nunca se perdió, Juan seguía visitando periódicamente el establecimiento para conversar con la Directora o conmigo. Fue así que se lo pudo convencer de proseguir sus estudios en el servicio de adultos que se presta en el mismo edificio escolar. Juan es ahora un joven que intenta esquivar al destino de exclusión, de biografía anticipada al que parecía condenado como una enorme cantidad de chicos de los sectores populares. No sabemos que será de él en un futuro, por ahora la escuela sigue siendo un lugar para él. A nosotros nos mostró que si queríamos ser efectivamente una escuela diferente, debíamos refundarla. En un proceso largo, dificultoso propugnamos la creación de una escuela democrática. Un mundo donde quepan todos los mundos, no desde el desdén de la “tolerancia”, discurso puesto en boga por la experticia neoliberal, sino desde una postura multicultural donde se respete el derecho a ser diferente. Como decía  los alumnos de Barbiana: “...cada pueblo tiene su cultura y ningún pueblo tiene menos  cultura que otro. La nuestra, es un regalo que le traemos a la escuela o museo...también decían en su obra y qué más oportuno que en este recuerdo, “...la escuela que no puede retener a Juan, no merece llamarse escuela...”
    
Y un Museo Municipal que no brinde a los ciudadanos un encuentro feliz entre los seres humanos no beneficia a nadie.

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